Hace mucho no escribía aquí, no porque me haya olvidado del blog, sino porque no he tenido nada bueno que decir y quiero que cada cosa que escriba sea honesta y con una razón de ser más que el hecho de tener que escribir periódicamente.
La verdad es que hoy no sé de qué hablarles, pero un cuento ha estado dando vueltas en mi cabeza desde hace como una semana y supongo que no sobra comentarlo con ustedes, no recuerdo de donde lo leí, ni de quién es… si alguién sabe que nos informe a todos :)
El cuento va más o menos así: hay un tipo que habla con Dios, Alá, Buda o el marciano que juega sims con nosotros… cualquiera que sea su creencia, asuma que el tipo habló con eso. El tipo le decía que los problemas que estaba enfrentando eran muchos, que por qué lo castigaba con tanto si él nunca había sido tan malo. Luego de un rato de conversar, el ser superior le dice que está bien, que le va a dar la oportunidad de poner todos sus problemas en un saco y llevarlos a una fuente donde también están los problemas de los demás en sacos, que tiene permiso para cambiar el suyo por el de quién él quiera. El tipo lleva su saco y luego de un rato de estar vagando entre los demás sacos tratando de escoger, agarra su saco de nuevo y se va sin decir una sola palabra.
Era un poco más largo y mejor contado, pero esa es básicamente la idea, le toca a cada uno sacar las conclusiones que quiera. Cuando yo comencé a leer el cuento me imaginé el saco del personaje como un saco bastante grande, porque después de todo, para quejarse así es porque en serio es mucho, aún cuando leí la parte de la fuente con todos los sacos, me imaginé el del tipo como uno de los más grandes, cuando leí el final, cambié de opinión por un segundo y me imaginé el saco mucho más pequeño, pero luego lo pensé mejor y volví a mi idea original del saco grande.
Y es que yo hubiera hecho lo mismo que el personaje, porque es cierto, tal vez haya personas con menos problemas que nosotros, pero ¿cuánto valor tiene resolver un problema difícil y uno fácil? Últimamente he creído firmemente en el hecho de que todo pasa por una razón, la vida nunca nos da más de lo que podemos manejar, para bien o para mal, pero es cierto, creo que si la vida nos pone un obstáculo difícil es porque sabe que somos lo suficientemente fuertes para atravesarlo.
De ahora en adelante he decidido no tenerles envidia a las personas con problemas más pequeños que los míos, al fin y al cabo si sólo tienen esos problemas es porque no pueden lidiar con más. La vida es muy sabia y si la sabemos escuchar el camino es muy fácil. Así que, vida, bring it on!, que se venga lo que sea, porque hoy aprendí a disfrutar de mis problemas tanto como disfruto de mis momentos de paz porque con mis problemas puedo probarme a mí misma que soy fuerte, y cuando llegue al final de mi vida, podré ver para atrás y estar orgullosa de todo lo que logré. ¿De qué pueden estar orgullosas las personas que han tenido la vida resuelta siempre?
Acá termina el post, pero el tema no, les toca a ustedes decir que piensan, ¡Hasta la próxima! =)